Arrastrándome desnuda, manchando de barro cada parte de mi cuerpo.
A veces, muy pocas en realidad, el sol solía salir a saludarme pero justo creía poder ponerme de pie cuando tormentas de polvo cegaban lo único que creía real, mi vista. ¡Qué ciega estaba!
A veces, muy pocas en realidad, el sol solía salir a saludarme pero justo creía poder ponerme de pie cuando tormentas de polvo cegaban lo único que creía real, mi vista. ¡Qué ciega estaba!
Las heridas prohibían mi caminar, tampoco llegué a levantarme.
Escuchaste un llanto?
Eso, era yo.
Eso, era yo.
Que bonito! Bueno,..bienvenida al mundo del blog? Jaja! Te sigo! ;)
ResponderEliminarOh gracias! no sé bien bien como funciona pero poco a poco acabaré cogiéndole el truquillo. Un besín!
ResponderEliminarAiish q boniitoo! te sigoo wapaa! (L)
ResponderEliminarNo está nada mal... Haces mejor las metáforas que yo. n_n
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